Una cantidad importante de trabajo infantil se concentraba en los 90 en la industria de los balones de fútbol, que adquiere ahora especial protagonismo con ocasión de la celebración del Mundial de Sudáfrica. Un informe publicado esta semana por el Foro Internacional de los Derechos Laborales (ILRF, por sus siglas en inglés), denuncia que, a pesar de que ha habido mejoras, la situación se mantiene en los países protagonistas de esta industria: Pakistán, India y China. La mayoría trabajan a domicilio, cosiendo a mano los 12 pentágonos y 20 hexágonos de piel del balón reglamentario. Y lo hacen por salarios que, a menudo, se mantienen por debajo del mínimo estipulado en sus propios países.
En Pakistán, que en los años 90 concentraba el 75% de la producción mundial de balones de fútbol, y donde en el año 99 trabajaban al menos 7.000 niños de entre cinco y 14 años, un trabajador puede ganar unos 64 dólares al mes, mientras que sus gastos pueden fácilmente superar los 100. La cifra que cobran es dudosa porque, incluso cuando son mayores y llevan años trabajando con la industria, continúan trabajando bajo pedido y carecen de contratos que les aseguren un salario estable.
EL PROBLEMA NO ES NUEVO
Con ocasión de la Copa de la UEFA de 1996, las ONGs impulsaron una campaña para denunciar este tipo de situaciones. La presión mediática llevó a la industria deportiva a firmar con la OIT y UNICEF el llamado 'Acuerdo de Atlanta', mediante el cual se comprometían a 'limpiar' el sector.
A raíz de este escándalo social, el trabajo de menores en los centros industriales fue prácticamente erradicado, si bien continúa siendo una realidad entre los trabajadores a domicilio. Las ONGs denuncian, además, que la atención al trabajo infantil no debe hacer olvidar otros problemas que también afectan a las posibilidades de desarrollo de estos mismo niños: las condiciones laborales de sus padres.
"Es sorprendente cómo después de todos estos años los bajos salarios y otras violaciones de los derechos laborales siguen siendo la norma y no la excepción en esta industria", comenta Ineke Zeldenrust, de la Campaña Ropa Limpia (CRL) Internacional. "Al mismo tiempo que las y los fans de todo el mundo se emocionan por la llegada del Mundial, el público espera que la FIFA y la industria de los balones de fútbol cumplan con sus promesas."
UN LLAMAMIENTO A LA FIFA
La Campaña Ropa Limpia, en la que participan organizaciones sociales y sindicales de 14 países europeos, está pidiendo a la FIFA y a la industria fabricante de balones de fútbol que cumplan el conjunto de los compromisos adquiridos. A través de la página web de la Campaña Ropa Limpia (CRL) www.ropalimpia.org se puede firmar la exigencia a la FIFA.
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