Tráfico, trabajo infantil, abusos sexuales y el sida ensombrecen la vida de los niños del mundo.
Se calcula que 1।2 millón de jóvenes son llevados lejos de sus padres para usarlos en el comercio sexual.
Las autoridades chadianas adelantan procesos penales contra contra nueve ciudadanos franceses y dos chadianos por el secuestro de menores y fraude.
103 niños "huérfanos" serían llevados a Francia para ser adoptados por familias, todo a cambio de una suma de dinero para financiar las actividades de la ONG El Arca de Zoé, integrada por franceses expedicionarios de vehículos 4x4.
Hace cinco años, diarios latinoamericanos publicaron que nueve infantes guatemaltecos casi desnutridos fueron encontrados en una casa en Costa Rica cuando estaban a punto de ser vendidos a extranjeros.
Por esos días, otras cinco niñas que tendrían entre 40 días y nueve meses fueron rescatadas en Guatemala antes de ser entregadas a familias de Estados Unidos; y una red de traficantes, que había vendido tres niños chilenos a españoles, alemanes y franceses, fue desbaratada.
Estos son apenas algunos ejemplos del problema que representa la trata de niños en el mundo, y que también afecta a 1.2 millón de jóvenes, según cálculos de Unicef.
En el caso de América Latina, y más específicamente en el de Panamá, se hacen esfuerzos para contabilizar la actividad, pero aún no hay cifras al respecto.
Especialistas en el tema dicen que la mayoría de estos niños son sacados de sus hogares para posteriormente realizar trabajos sexuales.
Pero esta no es la única sombra negra que se cierne sobre la infancia feliz que merecen todos los niños del mundo, pues debido al abuso sexual, muchos deben vivir condenados a tomar medicamentos a causa del virus de la inmunodeficiencia humana, contraído cuando fueron forzados a tener sexo temprano. Aparte del peligro a que son sometidos por trabajar en oficios que ponen en peligro sus vidas y que no les permiten una educación continua como debería ser.
Se estima que el 20% de las mujeres y entre el 5% y el 10% de los hombres en todo el planeta han sido víctimas de abuso sexual en su niñez, y un alto porcentaje de personas cree aún en castigos corporales.
En 2005, según las cifras de Unicef, 2।3 millones de niños menores de 15 años vivían con VIH, 700 se habían infectado recientemente y 570 mil jóvenes perdieron la vida a causa de la enfermedad.
En Panamá, estadísticas de la OIT señalan que 9 mil niños indígenas –de entre los 10 y 14 años– trabajan en labores agrícolas , mientras casi 25 mil jóvenes –de 15 a 17 años– también están en el oficio.
En tanto, las cifras de trabajo infantil en la población no indígena reflejan que muchos niños son obligados a trabajar.
Este panorama ensombrece el derecho que tienen los niños –y que está consignado en muchos compromisos firmados por gobiernos de casi todo el mundo– a que se les dote durante su formación de lo necesario para garantizar una niñez feliz, y además que al crecer se conviertan en personas de bien dispuestas a impulsar el futuro de sus naciones.
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