Unos 150 niños y adolescentes, la mitad de ellos de entre 14 y 18 años, fueron rescatados en la Ciudad de Buenos Aires víctimas de la explotación sexual comercial, a siete meses de puesto en marcha el primer programa específico del gobierno porteño para combatir el flagelo.
El coordinador del programa de Fortalecimiento de Vínculos de la Dirección de Niñez y Adolescencia porteña, Miguel Sorbello, consideró en diálogo con DyN "muy buenos" los resultados de la iniciativa, porque "los procesos suelen ser muy largos y requieren de un seguimiento muchas veces riesgoso, no sólo para los operadores sino también para las víctimas".
El programa destinado a dar contención y protección a niños y adolescentes que son víctimas de la explotación sexual comercial en Capital Federal fue puesto en marcha en noviembre del año pasado. En un comienzo eran 4 operadores pero ahora son 35 "gracias a la decisión política", dijo Sorbello.
El funcionario admitió que falta más personal y recursos, ya que esta situación "explotó en los últimos años potenciada por el turismo internacional, la producción de pornografía infantil y la mayor situación de calle y pobreza de niños y adolescentes". En este sentido, afirmó que "la situación se conoce más, pero también por este mismo motivo los chicos están más expuestos".
"Hoy tenemos mayor cantidad de lugares con niñas, niños y adolescentes en situación de explotación y prostitución, muchos de ellos también son sometidos a trabajar como travestis en la calle, algo que antes no se veía, y en estos casos la habilitación que hay respecto de este tema en la Ciudad, hace que haya menos persecución y más víctimas", sostuvo.
El especialista, licenciado en Trabajo Social, dijo que hay varios factores que influyen para que las mismas adolescentes "lleven a otras a subirse a un camión en Salta, por ejemplo, a los 13 años y venirse para acá, donde terminan siendo explotadas". "Las luces de la ciudad siguen encandilando todavía", aseguró, y advirtió que en otros casos "las jóvenes viajan a sus casas en las provincias para las Fiestas y cuentan que en Buenos Aires están bien, las cuidan, tienen dinero y no son reprimidas, y así suman a otras chicas o chicos". Entre otros factores que potenciaron el aumento de la explotación en territorio porteño Sorbello señaló "la cantidad de demanda sexual".
"Hay mucho consumo, sumado a que hay miles de chicos que están hoy en situación de pobreza y calle", aseguró. Al respecto, advirtió que "los reclutadores pueden ser los mismos chicos que antes estaban en situación de explotación, a veces las redes no son tan grandes como pensamos, hay otras que son mínimas aunque también importantes e, incluso, son las más difíciles de identificar".
Sorbello advirtió que "algunas jóvenes alquilan una habitación de hotel y contratan a otras más para trabajar en ese mismo espacio". "En algunos bares las chicas son contratadas como volanteras, luego les dicen que si se visten mejor pueden ser mozas y, por último, con la tentación de que ganen más plata las van seduciendo para que se produzcan más y les ofrecen pasar a las habitaciones", dijo.
En este sentido, consideró "muy difícil trabajar con algunos casos porque las chicas llegan a autoengañarse, suelen decir que el explotador es su novio y es como que ponen una barrera en esto del sometimiento, se resguardan en eso". Consultado acerca de las estrategias de trabajo, indicó que "se necesita mucho tiempo de trabajo y generar vínculos porque no es fácil acceder a estos chicos, hay muchas situaciones de violencia y cuando ven que estás los cambian de lugar, luego la idea es seguir el proceso de reinserción".
Por Laureana Fuentes, de la agencia DyN
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