El paso de los años y el conocimiento de la problemática consolidaron nuestra propuesta, que se volvió más compleja y que fue generando un modo de hacer y de pensar distintas actividades junto a niños, niñas y sus familias con la meta de lograr la restitución de derechos vulnerados y la promoción de condiciones de dignidad y felicidad para cada niño, niña y su familia.

Adultización precoz: el uso de niñas modelos en Vogue



No podía ser de otra manera. La aparición de una serie de fotos de nenas de cinco y siete años  en la revista de modas Vogue (número de diciembre/enero) encendió la polémica. La más grande tiene 8 años; las otras dos, menos. Lejos de la inocencia y la frescura de la infancia, se las ve sexys, misteriosas, intentando parecer grandes. Eso, precisamente, es lo que choca de las fotos: posiciones, cuerpos, entornos glamorosos y miradas adultas en la piel de niñas.
En pocas horas las imágenes dieron vuelta al mundo. ¿Además de las altas ventas de este número, qué mensaje querían transmitir? No queda claro. Puede ser una nota más que se destaque por la calidad y la belleza de la fotografía, puede reflejar también la obsesión del mundo de la moda por la juventud y los cuerpos mínimos. Pero indudablemente como lo dijo el reconocido ilustrador Alessandro Palombo, esto es  un "regalo ideal para los pedófilos”.




Esta forma de mostrar la infancia debería hacernos recapacitar sobre el modelo que como sociedad damos a los niños. Además debemos entender que este tipo de situaciones no solo son una clara incitación a la pornografía infantil sino que también vulnera otro derecho que no debe ser dejado de lado. Estas nenas están realizando trabajo infantil y sus papás están cobrando por ello.
Hoy a través de los medios digitales los niños están altamente expuestos. Expuestos a una televisión que les muestra escenas de sexo y violencia a media tarde, o a niños y niñas  realizando pruebas en concursos y certámenes por escasos minutos de fama presionados por sus padres, expuestos a un mundo digital donde ellos son nativos y sus padres inmigrantes digitales.
Como adultos debemos tomar una actitud de cuidado. Cuidado no quiere decir control, o tener tener con el una actitud restrictiva sino, establecer bajo una mirada adulta que es lo que puede o no puede hacer, que es lo que se adecua a su edad y que no. No hace falta ser un experto en tecnología ni en medios audiovisuales para lograrlo. Solo basta con ser un adulto con los ojos abiertos. Esta visión no implica un control de la tecnología sino todo lo contrario. Logrando que padres e hijos tengan un diálogo fluido y que los adultos conozcan cuales son las actividades de sus hijos en mundos donde ellos no acceden, estaremos previniendo situaciones que luego no deberemos de lamentar.

Advertir a los padres y a los niños sobre la exposición mediática, la utilización de los medios digitales y el trabajo infantil es una responsabilidad.
Debemos estar atentos a condenar este tipo de situaciones siempre que aparezcan.
Dejar que sucedan sin inmutarnos nos define como sociedad, define nuestros valores y con seguridad define nuestro futuro de la mano de la infancia.

Fundación PETISOS

1 comentario:

Anónimo dijo...

PERMITAMOS QUE LOS NIÑOS VIVAN UNA INFANCIA PLENA,NO LOS CONTAMINEMOS CON ESTAS ESTUPIDECES DE LAS PASARELAS...