El paso de los años y el conocimiento de la problemática consolidaron nuestra propuesta, que se volvió más compleja y que fue generando un modo de hacer y de pensar distintas actividades junto a niños, niñas y sus familias con la meta de lograr la restitución de derechos vulnerados y la promoción de condiciones de dignidad y felicidad para cada niño, niña y su familia.

Chile: el rudo trabajo de la niñez pehuenche

“Somos pehuenches, porque tenemos un mundo diferente। Por eso vivimos acá y no podemos ir a vivir a otro lado. No podemos dejar nuestra cultura, porque es la cultura que nos dio Dios”, dijo Luis, niño pastor, a Visión Mundial México.

En Chile, casi 200 mil menores de edad --más de 1 de cada 20-- trabajan para mantenerse y ayudar a su familia, según la Primera Encuesta Nacional de Actividades de Niños y Adolescentes. Ministerio del Trabajo. 2003.

Aunque esta cifra no muestra una participación masiva de las y los menores de 18 años en el mercado laboral, sí pone de relieve una situación que afecta a los más necesitados। De hecho, más de la mitad de estos jóvenes (107 mil) trabaja en condiciones inaceptables: no cumplen con la edad mínima legal para trabajar (15 años), no asisten a la escuela y trabajan más de las 40 horas semanales que establece la ley.

UN DÍA DE TRABAJO

Pedro tiene doce años y sus obligaciones comenzaron a las seis y media de la mañana। De un fuerte silbido llamó a sus perros, que, sin la menor demora, comenzaron a sacar las cabras de los corrales. Una gruesa capa de escarcha, caída durante la noche, cubría el suelo. Un mate hervido y un viejo chaleco de lana, heredado de su hermano, parecían bastarle al niño para calentar el cuerpo y el ánimo.

En el sector agropecuario, sobre todo en el centro y el sur del país, donde se concentran las tierras fértiles, trabajan 25 mil menores de 18 años de edad. Siembran la tierra, venden los productos que cultivan y se dedican al cuidado y pastoreo de animales.

En este tipo de labores, los varones duplican en número a las niñas, situación que también se observa en las formas de trabajo infantil más peligrosas y exhaustivas, donde 4 por ciento de los niños y adolescentes chilenos prestan sus manos, en comparación con 1।9 por ciento de las niñas.

Las familias pehuenches consideran que las actividades domésticas y agrícolas son parte de las obligaciones de los niños y de las niñas. No es trabajo infantil, afirman, sino algo propio de su comunidad y de su cultura. Esto puede ser cierto, pero también es cierto que muchos niños abandonan la escuela y con esto echan por tierra la oportunidad de llegar mejor preparados a su vida adulta.

1 comentario:

Cartoneros dijo...

apoyamos completamente esta iniciativa. erradicación de la explotación infantil, YA!
muchas gracias por pasar por nuestro blog.
saludos,
Grupo de Alumnos de la Escuela Normal Superior (bahía blanca)