El paso de los años y el conocimiento de la problemática consolidaron nuestra propuesta, que se volvió más compleja y que fue generando un modo de hacer y de pensar distintas actividades junto a niños, niñas y sus familias con la meta de lograr la restitución de derechos vulnerados y la promoción de condiciones de dignidad y felicidad para cada niño, niña y su familia.

Campaña de Lazo Blanco 2009-Hombres que dicen No a la violencia

La Campaña del Lazo Blanco (WRC) es el esfuerzo más grande de hombres en el mundo trabajando para terminar con la violencia contra las mujeres. Esta Campaña tiene como objetivo estratégico CONSEGUIR UN CAMBIO EN EL MODELO DE RELACIÓN SOCIAL entre hombres y mujeres, fundamentalmente en el ámbito afectivo, para avanzar en la consolidación del derecho de ciudadanía de las mujeres. Te alentamos a que apoyes actividades del Lazo Blanco en tu comunidad:

Acuerdos fundantes de los hombres participantes:

  • Renuncio a toda forma de violencia hacia las mujeres y me comprometo a establecer relaciones igualitarias con las mujeres y otros hombres.
  • Me comprometo a romper el silencio y la complicidad con otros hombres que actúan violentamente contra las mujeres.
  • Me comprometo a no ejercer violencia alguna contra niños, niñas y jóvenes, denunciando toda situación de abuso o mal trato hacia ellos y ellas.


Acciones que me comprometo a acompañar.

  1. Entregar este manifiesto a otros hombres e instituciones y coméntalo.
  2. Buscar adhesiones y formas de difundir este manifiesto a través de carteles, folletos o cualquier otro medio.
  3. Organizar actividades que apoyen la no-violencia hacia la mujer en: tu casa, escuela, trabajo o grupo de amigos, en especial durante la última semana de noviembre.
  4. Colaborar con las iniciativas de otros grupos o instituciones a favor de la no-violencia a las mujeres, niños niñas y jóvenes.


Itinerario sugerido para los hombres en esta Campaña:

  1. Escuchar a las mujeres ... aprende de ellas.

El camino comienza con escuchar.¿Quién conoce mejor la violencia contra las mujeres que las mujeres que la experimentan? Los estudios nos dicen que en la mayoría de los países, del 50 al 100 por ciento de las mujeres han experimentado violencia en alguna de sus formas explícitas o implícitas.

Aprende de la violencia preguntando a una mujer que confíe en ti, cómo la violencia ha afectado su vida. Después, si ella se siente cómoda hablando de ello, siéntate y escúchala. Tu papel no es averiguar detalles, ni cuestionar si algo la debería haber molestado o no. Tu papel es escuchar. Simplemente confía en que si ella dice que algo la hiere, entonces efectivamente la hiere. Después, visita las organizaciones de mujeres de tu localidad. Ellas tienen una riqueza acumulada de experiencias y conocimiento. Habla con ellas. Lee sus publicaciones. Aprende de ellas.

  1. Aprende acerca del problema .

La violencia en contra de las mujeres incluye violencia física y sexual, la violación, el acoso sexual y el abuso psicológico o abuso emocional. No toda la violencia deja cicatrices visibles. La violencia emocional incluye el sometimiento regular a bromas que ofenden a la mujer, formas dominantes de conducta y acoso sexual. Todas las formas de violencia contribuyen a un temor muy real y a un sufrimiento que las mujeres de nuestra sociedad soportan. Los derechos básicos que la mayoría de los hombres disfrutan -seguridad en sus hogares, la posibilidad para salir en la noche, un trabajo libre de acoso- son una fuente de temor para las mujeres en muchas partes del mundo.

El temor es aún mayor en el propio hogar de las mujeres. Un mito común es que la mayoría de la violencia es cometida por extraños. De hecho, las mujeres corren mayores riesgos con los hombres que mejor conocen -esposos, novios, padres, familiares, empleadores y en general cualquier hombre que supuestamente tome cuidado de ellas.

La mayoría de los hombres aman y se preocupan por las mujeres y, aún, en números alarmantes cometen actos de violencia en contra de las mujeres que dicen amar. Este fenómeno ocurre en todo el mundo, entre los ricos, los pobres, la clase media y entre hombres de todas las nacionalidades, religiones y razas.

3. Aprende porque algunos hombres son violentos.....

Los hombres no son naturalmente violentos. Han existido sociedades sin violencia o casi sin violencia. Estudios del siglo pasado han encontrado que casi la mitad de las sociedades tribales estudiadas prácticamente carecían de violencia en contra de la mujer, de los niños o entre los hombres. Más aún, hoy en día en muchos países, la mayoría de los hombres no son físicamente violentos. La violencia es algo que algunos hombres aprenden. La violencia del hombre es un resultado de la manera en que los hombres aprenden a expresar su masculinidad en sus relaciones con las mujeres, los niños y otros hombres. Muchos hombres aprenden a pensar en el poder como la habilidad para dominar y controlar a la gente y al mundo que les rodea. Esa forma de pensar hace que el uso de la violencia sea aceptable para muchos hombres.

La mayoría de los actos individuales de violencia son un intento patético por ejercer control sobre las mujeres, los niños y otros hombres. Paradójicamente, la mayoría de los actos violentos por hombres son un signo de debilidad, inseguridad y falta de auto-estima combinada con una capacidad para la dominación física o verbal y con un sentimiento de que ellos deberían ser superiores y estar en control.


4. Usa el Lazo Blanco.

El cambio ocurrirá si cada uno acepta su responsabilidad personal de asegurar que éste suceda. Como hombres que nos preocupamos acerca de las mujeres en nuestra vidas, podemos tomar responsabilidad en asegurar que las mujeres vivan libres del temor a la violencia.

Cada año, hombres alrededor del mundo están usando un lazo blanco desde el 25 de Noviembre, el Día Internacional de la Erradicación de Violencia en Contra de la Mujer, por una o dos semanas.

Usar un lazo blanco es tu promesa personal de nunca cometer violencia en contra de la mujer. Es una promesa personal de no condonar los actos de violencia, de no tener excusas para los perpetradores de la violencia y de no pensar que la mujer "la pide."

Es una promesa de no permanecer en silencio.


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