El paso de los años y el conocimiento de la problemática consolidaron nuestra propuesta, que se volvió más compleja y que fue generando un modo de hacer y de pensar distintas actividades junto a niños, niñas y sus familias con la meta de lograr la restitución de derechos vulnerados y la promoción de condiciones de dignidad y felicidad para cada niño, niña y su familia.

Niños y adolescentes son los más pobres y criminalizados de América Latina.

A 20 años de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) en América Latina, la Red Latinoamericana y Caribeña por la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes (Redlamyic) elaboró un informe sobre su cumplimiento en el continente y, por lo tanto, sobre el estado de los derechos entre los más pequeños de la región. http://www.redlamyc.info/Documentos/Estudio

Los niños ya son sujetos de derecho y los estados han comenzado a implementar medidas para garantizarlo. Nadie quiere decir 'menor' para no quedar mal, y hasta se les cambiaron los nombres a las instituciones, pero no alcanza con usar el lenguaje de la CDN: hay que ponerla en práctica. 

El informe destaca que la infancia de América Latina tiene un panorama desastroso en cuanto al respeto de sus derechos económicos, sociales y culturales. Los niños del continente viven una desigualdad permanente y atraviesan situaciones de pobreza y desnutrición, incluidas muertes prevenibles. Los niños y niñas son los más pobres de América, el asunto se agrava si, además, son niñas, afrodescendientes, indígenas o discapacitados.

En este estudio se destaca que los niños son los más reprimidos de la región, aunque no los más violentos. Por el contrario, es la población que más violencia sufre en América Latina. Sin embargo, muchos los visualizan como los emisores de esa inseguridad.  

Esto ocurre particularmente en Uruguay y Argentina, donde, aunque la tasa de homicidios es la más baja del continente, existe un grado "extremadamente alto de disconformidad con la seguridad". Y en la mayoría de los casos se visualiza a los adolescentes como los culpables, aunque, en la práctica, cometen un índice bajo de delitos.

En el informe también se critican las políticas públicas de la región, la discriminación y la falta de monitoreo. Los especialistas consultados proponen que, para revertirlo ­haciendo que la CDN se cumpla en los hechos­ hace falta más inversión pública, garantizar los derechos económicos y sociales de los niños, protegerlos de la violencia y asegurar su genuina participación. En los hechos y no sólo en la letra.

No a la violencia contra niños, niñas y adolescentes.
Elena Durón | PETISOS

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